En
estos versos del evangelio de Juan encontramos hermosas promesas que Él Señor
Jesús nos hizo, que consisten en: “que
todo lo que pidamos a Dios en
nombre de Jesús, será hecho (es claro que lo que pidamos tiene que
ser digno de Dios). Que lindas estas promesas hechas por el Señor Jesús, para conseguir
cuanto necesitemos para tener la vida abundante que vino también a darnos el
Señor (Juan 10:10), sabiendo que esto será así, porque el que prometió es
fiel y lo hará (1 Tesalonicenses 5:24).
Pero
para que estás promesas sean realidad, Dios exige que hagamos nuestra parte, por
eso Jesús nos dice que permanezcamos en Él, que sus palabras permanezcan en
nosotros, que llevemos fruto, y que nuestro fruto permanezca, y así obtener la promesa,
de que todo lo que pidamos a Dios en nombre de Jesús, sea
hecho.
En
el evangelio de Juan vemos que Jesús simbólicamente es la vid y nosotros los
pámpanos, por lo tanto si queremos dar fruto tenemos que estar unidos a Jesús,
y si no estamos unidos a él ningún fruto podremos dar, y si no damos fruto
seremos quitados, y si damos frutos seremos limpiados para que demos más.
Gracias
por leer la publicación, y que Dios los bendiga en nombre de Jesús, amén.
Base Bíblica:
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Juan 14:13
Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea
glorificado en el Hijo. 14 Si algo pidiereis en mi nombre,
yo lo haré.
·
Juan 15:7 Si permanecéis en mí, y mis
palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será hecho.
·
Juan 15:16 No me elegisteis vosotros a mí,
sino que yo os elegí a vosotros, y os he puesto para que vayáis y llevéis
fruto, y vuestro fruto permanezca; para que todo lo que pidiereis al Padre en
mi nombre, él os lo dé.
·
Juan 16:23 En aquel día no me
preguntaréis nada. De cierto, de cierto os digo, que todo cuanto pidiereis al
Padre en mi nombre, os lo dará.
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Juan 15:2 Todo pámpano que en mí no
lleva fruto, lo quitará; y todo aquel que lleva fruto, lo limpiará, para que
lleve más fruto.
·
Juan 15:4 Permaneced en mí, y yo en
vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece
en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí.
·
Juan 15:5 Yo soy la vid, vosotros los
pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque
separados de mí nada podéis hacer.