El aceptar a Cristo conlleva una renovación de la conciencia, de nuestra manera de pensar y vivir, lo que provoca que nuestras vidas cambien para bien. Estar en Cristo implica dejar la vida del viejo hombre viciado y tomar la vida del nuevo hombre, que es Cristo, hay que dejar de seguir viviendo con una mente vana, en pecados, sino como hijos de Dios; Pablo metafóricamente compara a esto con la actividad de cambiarse de ropa, refiriéndose alegóricamente a quitarse el viejo hombre y vestirse del nuevo hombre.
EL VIEJO HOMBRE
Quitémonos el viejo hombre y vistámonos del nuevo hombre creado a imagen de Dios, renovando nuestro entendimiento, el espíritu de nuestra mente, conformándolo a la palabra de Dios, que es la que nos enseña que hacer y que no, nos dirige, y nos muestra la forma en como vivir para ser el nuevo hombre justo y santo que Dios quiere.
Quitémonos el viejo hombre que está viciado por sus deseos engañosos, quitemos nuestra mentalidad carnal, quitemos el corazón viejo y corrompido, que ama las cosas que deshonran a Dios, abandonemos ese viejo hombre, que nos aleja de Dios y de su favor.
Quitémonos el viejo hombre que está viciado por sus deseos engañosos, quitemos nuestra mentalidad carnal, quitemos el corazón viejo y corrompido, que ama las cosas que deshonran a Dios, abandonemos ese viejo hombre, que nos aleja de Dios y de su favor.
Dice En Colosenses 3:8-9
“Pero ahora dejad también vosotros todas estas cosas: ira, enojo, malicia, blasfemia, palabras deshonestas de vuestra boca. No mintáis los unos a los otros, Habiéndoos despojado del viejo hombre con sus hechos”.
Si continuamos haciendo alguna de estas cosas, es que aún seguimos viviendo en el viejo hombre.
En Efesios 4:3-4 Pablo dice:
Pero que la inmoralidad, y toda impureza o avaricia, ni siquiera se mencionen entre ustedes, como corresponde a los santos. Tampoco haya obscenidades, ni necedades, ni groserías, que no son apropiadas, sino más bien acciones de gracias.
Y luego explica la razón:
Efesios 4:5 Porque con certeza ustedes saben esto: que ningún inmoral, impuro, o avaro, que es idólatra, tiene herencia en el reino de Cristo y de Dios.
EL NUEVO HOMBRE
Debemos quitar toda conducta asociada al viejo hombre y vestirnos del nuevo hombre que es vestirnos de Cristo, para eso debemos renovar nuestro corazón, nuestra mente, cambios que deben conformarse a La Palabra De Dios, para ser nuevas personas, conformando nuestra vida moral, espiritual y mental a la mente de Dios
El cambio es interior como nos dice el verso "renovaos en el espíritu de vuestra mente (Efesios 4:23)"; en Romanos 12:2 también se nos dice algo similar "transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento".
Actitudes Del Nuevo Hombre
A continuación veremos algunas actitudes del nuevo hombre; en Efesios 4 podemos encontrar más información sobre el tema.
· Seamos humildes .
· Seamos mansos.
· Seamos tolerantes y paciencia los unos a los otros en amor.
· No andemos en la vanidad de nuestra mente, teniendo el entendimiento oscuro…
· Desechemos la mentira.
· Hablemos verdad.
· Si se enojan, no pequen; que el enojo no les dure todo el día.
· El que robaba, deje de robar y póngase a trabajar, realizando un buen trabajo con sus manos para que tenga algo que dar a los necesitados.
· No digan malas palabras, sino sólo palabras buenas que edifiquen la comunidad y traigan beneficios a quienes las escuchen.
· No hagan que se entristezca el Espíritu Santo de Dios, con el que ustedes han sido sellados para distinguirlos como propiedad de Dios el día en que él les dé la liberación definitiva.
· Quítense toda amargura.
· Quítense todo enojo.
· Quítense toda ira.
· Quítense toda gritería y maledicencia.
· Quítense toda malicia.
· Sean buenos unos con otros.
· Sean misericordiosos.
· Perdónense mutuamente, como Dios los perdonó a ustedes en Cristo.
Si somos verdaderos creyentes ya no debemos vivir como antes, sino que debemos vivir conforme a la Palabra de Dios, por eso es importante conocer La Biblia, para saber cómo vivir está Vida nueva, la de Cristo; y con la ayuda de Cristo y su Espíritu es posible este nuevo estilo de vida.
Gracias por tu visita a la página, y que Dios te bendiga, en nombre de Jesús, amén.
Gracias por tu visita a la página, y que Dios te bendiga, en nombre de Jesús, amén.
Base Bíblica: Efesios
4 Reina-Valera 1960
1
Yo pues, preso en el Señor, os ruego que andéis como es digno de la
vocación con que fuisteis llamados,
2 con toda humildad y mansedumbre,
soportándoos con paciencia los unos a los otros en amor,
3 solícitos en guardar la unidad del
Espíritu en el vínculo de la paz;
4 un cuerpo, y un Espíritu, como fuisteis
también llamados en una misma esperanza de vuestra vocación;
5 un Señor, una fe, un bautismo,
6 un Dios y Padre de todos, el cual es
sobre todos, y por todos, y en todos.
7 Pero a cada uno de nosotros fue dada la
gracia conforme a la medida del don de Cristo.
8 Por lo cual dice:
Subiendo a lo alto, llevó cautiva la cautividad,
Y dio dones a los hombres. m
9 Y eso de que subió, ¿qué es, sino que
también había descendido primero a las partes más bajas de la tierra?
10 El que descendió, es el mismo que
también subió por encima de todos los cielos para llenarlo todo.
11 Y él mismo constituyó a unos,
apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y
maestros,
12 a fin de perfeccionar a los santos
para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo,
13 hasta que todos lleguemos a la unidad
de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida
de la estatura de la plenitud de Cristo;
14 para que ya no seamos niños
fluctuantes, llevados por doquiera de todo viento de doctrina, por estratagema
de hombres que para engañar emplean con astucia las artimañas del error,
15 sino que siguiendo la verdad en amor,
crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo,
16 de quien todo el cuerpo, bien
concertado y unido entre sí por todas las coyunturas que se ayudan mutuamente,
según la actividad propia de cada miembro, recibe su crecimiento para ir
edificándose en amor.
17 Esto, pues, digo y requiero en el
Señor: que ya no andéis como los otros gentiles, que andan en la vanidad de su
mente,
18 teniendo el entendimiento
entenebrecido, ajenos de la vida de Dios por la ignorancia que en ellos hay,
por la dureza de su corazón;
19 los cuales, después que perdieron toda
sensibilidad, se entregaron a la lascivia para cometer con avidez toda clase de
impureza.
20 Mas vosotros no habéis aprendido así a
Cristo,
21 si en verdad le habéis oído, y habéis
sido por él enseñados, conforme a la verdad que está en Jesús.
22 En cuanto a la pasada manera de vivir,
despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos,
23 y renovaos en el espíritu de vuestra
mente,
24 y vestíos del nuevo hombre, creado
según Dios en la justicia y santidad de la verdad.
25 Por lo cual, desechando la mentira,
hablad verdad cada uno con su prójimo; porque somos miembros los unos de los
otros.
26 Airaos, pero no pequéis; no se ponga
el sol sobre vuestro enojo,
27 ni deis lugar al diablo.
28 El que hurtaba, no hurte más, sino
trabaje, haciendo con sus manos lo que es bueno, para que tenga qué compartir
con el que padece necesidad.
29 Ninguna palabra corrompida salga de
vuestra boca, sino la que sea buena para la necesaria edificación, a fin de dar
gracia a los oyentes.
30 Y no contristéis al Espíritu Santo de
Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención.
31 Quítense de vosotros toda amargura,
enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia.
32 Antes sed benignos unos con otros,
misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a
vosotros en Cristo.