En
estos días en muchas partes del mundo se recuerda la “muerte y resurrección” de
Jesucristo, y en esta publicación veremos sobre uno de los beneficios más
importante, que Jesucristo logró con su muerte, que es “El perdón de nuestros
pecados”.
Dios
nos dice que nada inmundo entrará a su reino (Apocalipsis 21:27), así que todo aquel que todavía cargue con sus
pecados, no podrá entrar al Reino de Dios, porque el pecado es lo que ensucia el
alma, el corazón, todo nuestro ser, el
pecado espiritualmente vuelve inmundo al hombre.
Si
queremos que Dios viva dentro nuestro, y estamos sucios espiritualmente (a causa
del pecado) será imposible, porque Dios es puro, es limpio, es santo (Apocalipsis 4:8), por esta razón
debemos limpiarnos de aquello que nos vuelve inmundo (El Pecado), si es que queremos que
Dios este en nosotros; y hay solo una
forma, solo hay una manera de quitar nuestros pecados, y es por medio de “Fe en Jesucristo” (1 Juan 1:7).
Nadie
más puede morir por nosotros, todos estamos manchados por el pecado, sin embargo
Jesucristo nunca pecó (1 Pedro 2:22),
por eso él fue el sacrificio perfecto, un sacrificio más que aceptado por Dios,
para quitar de nosotros el pecado.
Por
lo tanto si queremos limpiarnos de nuestros pecados, debemos aceptar a Cristo
en nuestras vidas, y escuchar y obedecer lo que él nos dice por medio de La
Biblia. Haciendo esto quedaremos limpios de nuestros pecados, y tendremos a
nuestra disposición la sangre de Cristo, para limpiarnos cuando sea oportuno.
Una
vez que hemos aceptado a Jesucristo y así habernos limpiados de nuestros
pecados, Dios podrá vivir en nosotros por medio de su Espíritu (Juan 14:23), y así seremos sus hijos,
porque es su Espíritu Santo lo que nos hace Hijos suyos (Romanos
8:14), y el que no tiene el Espíritu de Dios, no es de Él (Romanos 8:9).
Y
Dios se manifiesta en nosotros por medio de diversas señales (Marcos 16:17-18), confirmándonos, y asegurándonos
de que somos hijos suyos y que tenemos herencia en su reino; una de esas
señales es que en algunos momentos Dios hace que sintamos su espíritu correr
por nuestro interior, y eso mismo dijo Cristo que sucedería con los que creyeren
en él (Juan 7:38).
Así
que busquemos tener al Espíritu de Dios dentro nuestro, y así ser hijos suyos,
y tener herencia en su Reino, y tener a Dios también en nuestras vidas, para
que nos acompañe y bendiga en los distintos momentos y circunstancia que la
vida nos presenta. Muchas gracias por prestarme tu atención, y que Dios te
bendiga, en nombre de Jesucristo, amén.
Apocalipsis 21:27 … No
entrará en ella ninguna cosa inmunda
Apocalipsis 4:8 …Santo, santo, santo es el Señor Dios Todopoderoso…
1 Juan 1:7 …la
sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado.
1
Pedro 2:22 el cual no hizo pecado, ni se halló engaño en su
boca;
Juan
14:23 Respondió Jesús y le dijo: El que me ama, mi
palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con
él.
Romanos
8:14 Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios,
éstos son hijos de Dios.
Romanos 8:9 …Y
si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de él.
Marcos 16:17-18 Y estas señales seguirán a los
que creen: En mi nombre echarán fuera demonios; hablarán nuevas lenguas;
tomarán en las manos serpientes, y si bebieren cosa mortífera, no les hará
daño; sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán.
Juan 7:38 El
que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua
viva.