No solo en la Biblia se habla de la
existencia de Jesús, sino que también otros escritos, fuentes y religiones admitieron
y admiten su existencia, por ejemplo: El
Judaísmo reconoce a Jesús, pero obviamente no como el mesías que ellos
esperan, pero que si hay muchas opiniones a favor y en contra, pero de todos modos
admiten su existencia, también en el
Islam, lo consideran como uno de los mensajeros de Dios; además fue documentado
en testimonios primitivos independientes a la
Biblia, y es importante destacar estos testimonios, pues son de
personas que vivieron en tiempos muy cercanos a los de Cristo, y por ellos son
de mucho valor para demostrar la verdad
de la Biblia.
A continuación analizaremos algunas de estas personas destacadas que dieron
testimonio de la existencia de Jesús.
FLAVIO JOSEFO judío romanizado (37-38 –
Roma, 101) fue un historiador estadista, diplomático, erudito del siglo primero, nacido en Jerusalén. Fue autor
entre otras obras de “Antigüedades
judías”, en la que
se encuentran dos pasajes que son evidencia histórica de Jesús, lo que da
veracidad a la existencia del hijo de Dios.
Josefo
siempre ha sido considerado como una fuente extra bíblica muy importante, y en
sus escritos encontramos información adicional acerca de Jesús, Juan el
Bautista, Santiago el hermano de Jesús, Poncio Pilato, entre otros.
1° PASAJE
“Antigüedades 18:63”
En
Antigüedades 18:63 a la mitad de su relato sobre Poncio Pilato, Josefo hace la
más extensa referencia secular a Jesús que aparezca en cualquier fuente del
primer siglo.
En
ese tiempo hubo un sabio llamado Jesús, y su conducta fue buena, y fue conocido
por virtuoso. Muchas personas de entre los judíos y las otras naciones se
convirtieron en sus discípulos. Pilatos lo condenó a morir crucificado. Pero
quienes se habían convertido en sus discípulos no abandonaron su enseñanza.
Informaron que él se les apareció tres días después de haber sido crucificado y
que estaba vivo. Según esto, tal vez haya sido el Mesías, de quien los profetas
habían informado maravillas. Y la tribu de los cristianos, llamada así en honor
a él, no ha desaparecido hasta hoy.
2°
PASAJE “Antigüedades 20:200”
Luego
en Antigüedades 20:200 nuevamente menciona a Jesús en conexión con la muerte de
su medio hermano, Santiago el Justo de Jerusalén. La gran mayoría de los eruditos
contemporáneos consideran el siguiente pasaje como genuino en su totalidad.
Con tal
carácter ["impulsivo y temerario" por el contexto], Anano pensó que
con Festo muerto y Albino aún en camino, él tendría la oportunidad adecuada. De
acuerdo con los jueces del Sanedrín, trajo ante ellos al hermano de Jesús
llamado el Cristo, cuyo nombre era Santiago, y a ciertos otros. Los acusó de
haber transgredido la ley y los entregó para que fueran lapidados. Pero de
entre los residentes de la ciudad, aquellos a quienes se les consideraba más
justos y estrictos en la observancia de la ley, se ofendieron por esto. Por
tanto, secretamente se pusieron en contacto con el rey [Herodes Agripa II],
incitándolo a ordenar a Anano que desistiera de ese tipo de acciones, porque no
tenía justificación para lo que ya había hecho. Algunos de ellos incluso fueron
a ver a Albino, quien estaba de camino a Alejandría, y le informaron que Anano
no tenía autoridad para convocar al Sanedrín sin su consentimiento. Convencido
de estas palabras, Albino escribió en tono iracundo a Anano, amenazándolo con
un castigo. Y debido a esto, el rey Agripa lo destituyó del cargo de sumo
sacerdote, el cual había desempeñado durante tres meses.
Flavio
Josefo es considerado la mejor fuente no cristiana casi contemporánea de Jesús.
Estas pruebas extra-bíblicas no provienen de una fuente cristiana, sino de un
autor judío que nunca se convirtió al cristianismo.
CORNELIO TÁCITO (c. 55-c. 120)
CORNELIO TÁCITO (c. 55-c. 120)
Fue historiador, senador, cónsul y gobernador del Imperio
romano. Escribió varias obras históricas, biográficas y etnográficas. El
historiador y senador romano Tácito se refiere a Cristo en una página
de su obra final, Anales (escrito 116 DC), libro 15, capítulo
44.
“Por lo tanto, aboliendo los rumores, Nerón subyugó a los reos y los
sometió a penas e investigaciones; por sus ofensas, el pueblo, que los odiaba,
los llamaba “cristianos”, nombre que toman de un tal Cristo, que en época de
Tiberio fue ajusticiado por Poncio Pilato; reprimida por el momento, la fatal
superstición irrumpió de nuevo, no sólo en Judea, de donde proviene el mal,
sino también en la metrópoli [Roma], donde todas las atrocidades y vergüenzas
del mundo confluyen y se celebran”. (Anales
15:44:2-3)
Los eruditos generalmente consideran la referencia
de Tácito a la ejecución de Jesús por Poncio Pilato tanto auténtica como de
valor histórico como fuente romana independiente.
SUETONIO fue un historiador y biógrafo
romano (70-140 d.C.) hace una referencia en su libro «Sobre la vida de los Césares» donde narra las vidas de los doce
primeros emperadores romanos. En el libro V se refiere a un tal «Chrestus» al mencionar la expulsión de los judíos de Roma
ordenada por el emperador Claudio:
«Expulsó de Roma a los judíos que andaban siempre organizando tumultos
por instigación de un tal Chrestus».
La mayoría de los historiadores
coinciden en que Chrestus es Cristo porque era frecuente que los paganos
confundieran Christus y Chrestus y no existe ningún testimonio sobre ningún Chrestus
agitador desconocido. En la Biblia, en el libro Hechos se escribe sobre este
acontecimiento: «[Áquila y Priscila] acababan de llegar [a Corinto] desde
Italia por haber decretado Claudio que todos los judíos saliesen de Roma».
PLINIO, EL JOVEN (112 D.C.), Procónsul en Bitinia del 111 al 113 y sobrino de Plinio el Viejo. Se
conservan 10 libros de cartas que escribió. En la carta 96 del libro 10 escribe al emperador Trajano para preguntarle qué debía hacer con los
cristianos, a los que condenaba si
eran denunciados. En ella cita tres veces a Cristo y señala que los cristianos
decían que toda su culpa consistía en reunirse un día antes del alba y cantar
un himno a Cristo «como a un dios»:
«Decidí dejar marcharse a los que negasen haber sido cristianos, cuando
repitieron conmigo una fórmula invocando a los dioses e hicieron la ofrenda de
vino e incienso a tu imagen, que a este efecto y por orden mía había sido
traída al tribunal junto con las imágenes de los dioses, y cuando renegaron de
Cristo (Christo male dicere). Otras gentes cuyos nombres me fueron comunicados
por delatores dijeron primero que eran cristianos y luego lo negaron. Dijeron
que habían dejado de ser cristianos dos o tres años antes, y algunos más de
veinte. Todos ellos adoraron tu imagen y las imágenes de los dioses lo mismo
que los otros y renegaron de Cristo. Mantenían que la sustancia de su culpa
consistía sólo en lo siguiente: haberse reunido regularmente antes de la aurora
en un día determinado y haber cantado antifonalmente un himno a Cristo como a
un dios. Hacían voto también no de crímenes, sino de guardarse del robo, la
violencia y el adulterio, de no romper ninguna promesa, y de no retener un
depósito cuando se lo reclamen».
Trajano contestó a
Plinio diciéndole que no buscara a los cristianos, pero que, cuando se les
acusara, debían ser castigados a menos que se retractaran.
LUCIANO DE
SAMOSATA (nacido hacia el 115 d.C.) un escritor satírico y conferencista viajero griego muy conocido en su tiempo, también se refirió a Jesús de Nazaret
en su obra «La muerte de Peregrino»:
«Consideraron a Peregrino un dios, un legislador y le escogieron como
patrón…, sólo inferior al hombre de Palestina que fue crucificado por haber
introducido esta nueva religión en la vida de los hombres (...) Su
primer legislador les convenció de que eran inmortales y que serían todos
hermanos si negaban los dioses griegos y daban culto a aquel sofista
crucificado, viviendo según sus leyes».
MARA BAR SARAPIÓN (Finales del siglo I) fue un filósofo estoico de la provincia romana de
Siria. Él es conocido por una carta que escribió en siríaco a su hijo. La carta
podría ser una
temprana referencia no cristiana a la crucifixión de Jesús.