Esta es la segunda parte (1° Parte) de un análisis a la porción bíblica “2ª Corintios”, en el cual quiero destacar los siguientes puntos, que de manera general se mencionan en dicha carta, espero les sea de bendición.
LAS
ARRAS DEL ESPÍRITU:
En el primer capitulo de “2ª Corintios” es mencionado que somos
sellados por Dios, y
que nos ha dado las arras del Espíritu (señal de que somos sus
hijos), en nuestros corazones (1:21-22), en
el capítulo 5 nuevamente se habla de las "arras" del
Espíritu, o sea la garantía que Dios nos da, de que somos suyos, de que tenemos herencia en su reino (5:5).
Aprendemos
también que el Espíritu de Dios produce libertad en nuestras vidas,
nos libra del mal, nos libra de todo aquello que nos domina, que nos
daña y por ende nos hace hombres libres (3:17). También vemos, que
somos templo de Dios (6:16), pues mediante su Espíritu es como Dios
puede vivir en nosotros.
EL
NUEVO PACTO: En el capitulo
3, Pablo menciona que Dios lo ha hecho a él y a sus compañeros ministro del “Nuevo Pacto”
(3:6), el cual Jesús vino a realizar aquí en la tierra, por lo que
el Antiguo Pacto, entre Dios e Israel finalizo con la llegada de este
Nuevo Pacto que es mejor que el anterior como dice Hebreos 8:6.
En
estos versos se hace referencia al Antiguo Pacto como el “Ministerio
de Muerte, Ministerio De Condenación”, y en cuanto al Nuevo Pacto,
es referido como el “Ministerio Del Espíritu, Ministerio de
Justificación”, y es lógico pues mediante la Fe en Jesucristo es
como el hombre se justifica ante Dios, es decir se hace una persona
Justa a los ojos de Dios. Se dice también que si el ministerio del
Antiguo Pacto fue con gloria, mucho mas glorioso sera este ministerio
del Nuevo Pacto, pues es mucho mejor y es un pacto que permanecerá (3:7-13).
EL
MINISTERIO DE LA RECONCILIACIÓN: En esta porción bíblica de "2ª Corintios" se menciona este "ministerio de la
reconciliación", que trata sobre la reconciliación (valga la
redundancia) entre Dios y el hombre, que es realizada por medio de
Jesucristo, por lo tanto el hombre mediante Jesucristo puede
reconciliarse con Dios (5:18-20).
Por
supuesto que esto es solo un resumen personal sobre esta porción bíblica, por lo tanto te invito a que leas "2a Corintios"
y así halles mas enseñanzas, y por consiguiente mas bendiciones.
Gracias por visitar el blog, y que Dios te bendiga.
En
nombre de Jesucristo, amén.
Base Bíblica
2 Corintios 1:21 Y el que nos confirma con vosotros en Cristo, y el que nos ungió, es Dios, (22) el cual también nos ha sellado, y nos ha dado las arras del Espíritu en nuestros corazones.
2 Corintios 5:5 Mas el que nos hizo para esto mismo es Dios, quien nos ha dado las arras del Espíritu.
2 Corintios 3:17 Porque el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad.
2 Corintios 6:16 ...Porque vosotros sois el templo del Dios viviente, como Dios dijo...
2 Corintios 3:6 el cual asimismo nos hizo ministros competentes de un nuevo pacto, no de la letra, sino del espíritu; porque la letra mata, mas el espíritu vivifica.
Hebreos 8:6 Pero ahora tanto mejor ministerio es el suyo, cuanto es mediador de un mejor pacto, establecido sobre mejores promesas.
2 Corintios 3 (7) Y si el ministerio de muerte grabado con letras en piedras fue con gloria, tanto que los hijos de Israel no pudieron fijar la vista en el rostro de Moisés a causa de la gloria de su rostro, la cual había de perecer, (8) ¿cómo no será más bien con gloria el ministerio del espíritu? (9) Porque si el ministerio de condenación fue con gloria, mucho más abundará en gloria el ministerio de justificación. (10) Porque aun lo que fue glorioso, no es glorioso en este respecto, en comparación con la gloria más eminente. (11) Porque si lo que perece tuvo gloria, mucho más glorioso será lo que permanece. (12) Así que, teniendo tal esperanza, usamos de mucha franqueza; (13) y no como Moisés, que ponía un velo sobre su rostro, para que los hijos de Israel no fijaran la vista en el fin de aquello que había de ser abolido.
2 Corintios 5 (18) Y todo esto proviene de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por Cristo, y nos dio el ministerio de la reconciliación; (19) que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados, y nos encargó a nosotros la palabra de la reconciliación. (20) Así que, somos embajadores en nombre de Cristo, como si Dios rogase por medio de nosotros; os rogamos en nombre de Cristo: Reconciliaos con Dios.